Pese a lo que se suela decir, la mayoría de los profesionales no nacen, se hacen. No es cuestión de subestimar el talento, por supuesto, pero como decía Descartes, “el genio es la suma de los frutos del trabajo y los dones del espíritu”, así que, en el caso que nos ocupa, podemos afirmar que los docentes somos, sobre todo, profesionales hechos, fundamentalmente, desde la experiencia práctica en el aula y el conocimiento teórico. “Never Work Harder than Your Students” de Robyn R Jackson, que se ha convertido en todo un best seller en el mundo anglosajón, cubre la primera parte de una manera extremadamente práctica, aplicable a cualquier asignatura y escapando, y es de agradecer, de toda la teoría posmoderna y aburrida de los pedagogos de moda. Aún a riesgo de sonar a patraña infumable de autoayuda, Jackson afirma que cualquier profesor puede convertirse en un profesor excepcional. Obviamente, al no cubrir la parte de contenidos, tan vital como la, digamos, práctica, dependerá de nosotros el que las estrategias que nos propone Jackson sean efectivas, pero desde luego son todo un buen punto de partida.
El “secreto” de este libro, de lo que propone, es no centrarse en una teoría o estrategia particulares,ni en pasar horas y horas de preparación para las clases, sino más bien en desarrollar un pensamiento, una “mentalidad docente” que se base en la aplicación rigurosa de 7 principios que deben acabar convirtiéndse en respuestas automáticas a los retos cotidianos de la docencia:
Esos 7 puntos son:
- Empieza donde están tus estudiantes
- Conoce hacia dónde caminan tus estudiantes
- Preparate para llevar a tus estudiantes allí
- Apoya a tus estudiantes a lo largo de todo el camino.
- Usa la retroalimentación (feedback) para ayudar a tus alumnos y ayudarte a ti mismo a mejorar.
- Céntrate en calidad frente a cantidad.
- Nunca trabajes más que tus estudiantes.
A lo largo del libro, y en un estilo muy sencillo y divulgativo, alejado de cualquier pompa innecesaria, Jackson nos cuenta cómo usar estos 7 principios (bastante obvios, al menos en teoría) para guiarnos a la hora de planificar, enseñar, evaluar y controlar y gestionar al alumnado en el aula. Leyendo el libro nos encontraremos con respuestas directas a preguntas que los docentes nos hacemos constantemente, comparte historias de experiencias reales que han funcionado repetidas veces y nos ayuda a acometer de manera más eficaz las siempre peliagudas evaluaciones externas. Encontraremos, incluso, una sección de autoevaluación en la que descubriremos en qué punto estamos para ayudarnos, así, a construir nuestra práctica docente.
Un libro magnífico que, por desgracia, no se ha traducido al español. En próximas entradas del blog iremos desgranando estrategias y acciones para cada uno de los 7 puntos arriba reseñados, pero recomendamos hacerse con el libro si leer en inglés no supone un problema.
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